miércoles, 7 de agosto de 2013

Pídeme lo que quieras o déjame, la reseña

Megan ha vuelto y con fuerza. Dijo hace unos meses que esta trilogía era "mucho más fuerte que Cincuenta Sombras de Grey". Ahora yo le digo: cierto, lo es. ¿Pero qué pasa cuando las novelas se alargan? Pues que acaban cansando. Solo tienen éxito si el autor es consciente de que para ello la trama debe abrirse, que debemos conocer más en profundidad a los protagonistas, que deben entrar otros; en definitiva, la historia tiene que evolucionar. Y sí, en Pídeme lo que quieras o déjame la trama evoluciona y Megan Maxwell sale bien parada como escritora en esta tercera parte. 

Lo que más me llamaba la atención era el qué pasará, ya que como sabéis la segunda parte terminaba con un final bien cerrado entre los protagonistas (Eric y Judith). Y entonces me preguntaba qué necesidad había de una tercera parte. Es entonces cuando entran en acción la gran capacidad que tiene la autora por dar buenos giros en la trama y sorprender a los lectores. 

Y sí chicas, no hay de que preocuparse. SEXO HAY PARA DAR Y REGALAR en esta tercera parte.  

Principalmente me gustaría resaltar varios aspectos de la novela: 

- Fácil de leer, muy ameno.

- Los personajes vuelven a ser auténticos y las tramas más aún. 

- Nos sumergimos en la novela sin apenas darnos cuenta, nos atrapa y no somos conscientes de ellos hasta que cerramos el libro y llegamos al final. 

- 60% de novedad en esta tercera parte, fuera escenas manidas y repetitivas. 

- 40% de amor y el resto de sexo. 

- Si has leído la primera y segunda parte tienes que leer la tercera, sino no sabrás nada de esta historia. 

Sin duda, comenzaba la lectura de esta tercera parte creyendo que no me iba a gustar y que de nuevo iba a ser todo igual pero lejos de la realidad. Megan se ha vuelto a superar. 

lunes, 5 de agosto de 2013

Cerrado hasta la primera semana de septiembre

Todo el mundo necesita unas vacaciones, vosotras, y yo también. Prometo volver a primeros de septiembre con más relatos, frases, entrevistas, reseñas, etc....¡Ah! Como pronostico que me aburriré, podéis pasaros por el blog de vez en cuando que iré subiendo reseñas de algunos libros que podréis leer estas semanas de verano. 


miércoles, 31 de julio de 2013

Yolanda Saenz de Tejada: "La poesía me ofrece la herramienta de hablar de sexo sin caer en el porno"


Yolanda Saénz de Tejada califica su última novela ‘Cada gota de tu vida’ como “un juego (en el que un grupo de amigas) conocen cómo empieza pero del que están muy lejos de saber como acaba, y durante el transcurso del cual se descubrirarán a ellas mismas pero, sobre todo, descubrirán hasta donde son capaces de llegar. Con mil proyectos siempre en la mano, hace unos meses publicó ‘El per-verso libro de las carencias del alma’ y ahora continúa embarcada en la segunda parte de esta obra de las que nos habla en el club.
Me he enterado que creó un buzón ‘anónimo’ para que todas las chicas que conocía le contaran sus experiencias sexuales…
Sí, abrí una cuenta de correo y le envié un mail a todas las mujeres de mi lista de correo. Ahí les pedía que me contaran todo lo que quisieran sobre sus fantasías sexuales y te aseguro que fue de lo más inspirador.
¿No se le baja el libido de pensar que comparte apellido con la vicepresidente del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría? 
jajajaaj, no comparto apellido jaja, aunque muchos se equivocan. Mi apellido es compuesto: Sáenz de Tejada, diríamos que comparto un trocito solamente, lo justo para saber que las diferencias son las que nos han de definir J
Poeta y ensayista…pero un buen día coge y escribe una novela erótica ¿Cómo es eso?
Empecé un relato más largo de lo normal y no podía dejar de escribir. Creé los personajes y comencé, de forma independiente, a darle vida a cada una de las chicas. Una vez que estaban ya viviendo en mi piel, ellas mismas se instalaron en mi cerebro y fue como una enfermedad maravillosa. Recuerdo esos meses como febriles y alucinantes.
‘Cada gota de tu vida’ trata de un grupo de amigas que llevan una vida perfecta hasta que se da cuenta que quizás son algo sosas en la cama…¿cree que esto es un mal endémico?
No, yo no creo que ninguna de ellas piense que su vida es perfecta; en absoluto. Cada una de ellas, al contrario, tiene una vida detrás que no ha contado nunca. De hecho, el juego sexual destapa muchas carencias de cada una que va compartiendo. Pero todas saben que tienen esas carencias, incluso alguna, como Carmen, la tiene siempre presente al recordar su vida pasada.
¿Son sosas en la cama estas chicas?
No, realmente cada una vive su sexualidad de forma satisfecha y libre. En el caso de Carmen, está feliz con Daniel y Alicia, por ejemplo, es muy libre. Lo que sí hace un guiño esta novela es a ser más libre a la hora de amar, algo que me parece fundamental.
¿Pensó en algún Brad Pitt o Angelina Jolie mientras que describía las escenas de su novela?
jajajajjajaj, pues la verdad es que no, que no son prototipos para mí de personas con las que mantendría una relación de sexo.
En su novela juega mucho con la narración poética, ¿es esta la mejor arma para hablar de sexo?
Bueno, para mí sí. La poesía me ofrece la herramienta de hablar de sexo sin caer en el porno, algo que no me engancha igual. Invierto horas y horas en que la narración quede muy erótica pero no tan explícita. De esta forma, dejo al lector que, gracias a la estimulación sensorial recibida, ponga él la guinda. Adoro la poesía trabajada para un fin y en mi caso es conseguir con ella una buena historia.
La gran mayoría de las novelas eróticas tiene la característica de contar con una portada oscura y usted coge y pone la portada rosa…¿Por qué motivo?
La editorial cree en los diseños de las portadas que les ofrezco y eso me permite crear lo que a mí me gustaría encontrar. Cada gota de tu vida es una historia de amigas que inician un juego sexual y hablan de emociones y de cómo superar objetivos. Para mí, eso, es rosa…
¿Antes de escribir ‘Cada gota de tu vida’ que novelas eróticas había ojeado?
Había consumido mucha poesía erótica y leído a Annais Nin, también la sonrisa vertical, desde que era muy joven. Pero no es una lectura que haya buscado, la he leído de la misma forma que leo autoayuda o empresa.
Sexualmente hablando ¿cómo calificaría ‘Cada gota de tu vida’?
Como una novela en la que el sexo es cotidiano y que está basado en las fantasías de mujeres reales, como tú o como yo.
¿Nos dedicas una pequeña poesía-sexual para Te confiaré un secreto?
Claro!!!!
Me has plantado un demonio dulce en las vértebras.
Ahora, no me dejes sola.


El cuerpo.
El mío.
Tus dedos que
lo desabrochan
(mis lunares,
los botones
a punto de
reventar).

Los labios.
Los tuyos.
Mis dientes que
los encadenan
(tus hoyuelos,
la tierra de
mi tumba).

Las ganas.
Las nuestras.
Nuestros gritos
que volcanizan
el mundo
(la demencia,
mi conjugación
del presente
continuo).

Estamos
extraviados
(soy una perdida).
Bendita
locura.


martes, 30 de julio de 2013

lunes, 29 de julio de 2013

Un segundo


Pensé que nunca más me volvería a ver. Me equivoqué.

Tras una largíiiisima historia, yo y un desconocido, exactamente el chico de la limpieza de una antigua fábrica en la que trabajaba, nos escondimos en una pequeña habitación, donde él solía dejar todos los instrumentos de su trabajo. 

También posó bien su instrumento sobre mí. 

Pues un 'no darse cuenta de lo que está pasando'.

Sudando como perros, casi pringosos de la calor, como la de ahora, yo me olvidé de mi suéter y me lo desabroché hasta quedarme sin él. La pena fue que aquel chico tenía prisa. Así que dejó de lado el romanticismo, se bajó la bragueta y fue directamente al tema. 

La educación no se rige por una penetración que sino...

Cuando lo sentí dentro de mí, quise morirme. El infierno había entrado en mi cuerpo sin apenas enterarme. Hacia tanto tiempo que no...

Cuando me di cuenta, su aliento estaba sobre mi nuca, aquel aliento a perro cansado y sediento de sed...

Se consoló en unos segundos, pero antes quiso coger un maldito cable y atar mis manos alrededor de su cintura. Eramos dos. 

Aquella escena era asquerosa. Pues después de un primer acto, rápido y sin pasión, aquel maldito quería seguir jugando conmigo, cuando mi lívido se había ido a Cuenca, pero yo me dejé...

Fue un segundo, lo que tarda un mal follador en desahogarse, aunque, como a veces suelo decir, es mejor desahogarte en compañía que sola y a poder ser con un chico...bien dotado (y guapo). 

viernes, 26 de julio de 2013

Yo & mi jefe


Posé mis manos sobre su cuello. Estaba frío como las aguas revueltas en un acantilado. Un cuello rebelde, propiedad de un hombre sin causa. Mi jefe era todo lo que una mujer necesitaba para tener un perfecto sueño húmedo. Sin entrar en detalles, era maduro, estaba muy bien de cuerpo, su sonrisa era perfecta y sus ojos te invitaban a entrar en un espectáculo de sexo sin frenos donde tú, mujer afortunada, eres la diosa que recibirá todo los elogios del momento. Así, sigo con la historia, puse mis manos sobre su cuello. Luego, me incliné para besárselo, hasta que, sin darse él cuenta, di un giro de 80º grados y me senté directamente sobre sus piernas.

Sonrío

Luego, desabroché, poco a poco, sin prisa pero sin pausa, su camisa. Mientras su mirada, y su perfecta sonrisa, seguía el contoneo de mis senos.
Él estaba disfrutando.

Cuando terminé de desabrocharle la camisa, se la dejé puesta. Por un fino espacio podía vislumbrar sus pectorales, bien marcados y morenos, que esa noche me iba a comer yo solamente yo. Mi lengua disfrutaría, como nunca antes lo había hecho, del pecho de mi jefe. Así que mientras me imaginaba la gran diversión que él me iba a dar, me acerqué a su rostro. Muy, muy cerca de él, hasta sentir su aliento y respirar chocar en mi cara. Luego, acerqué mis labios lentamente hasta los suyos e introduje mi lengua hasta el fondo de la cuestión. Quería sentir ese sabor a metal humano, quería sentir hasta lo más profundo de mi ser, la ansia y el querer de mi jefe.

Aquella noche iba a ser TRIUNFAL.

Una vez terminada la primera función, caí al suelo. Como la que no quiere la cosa, típica escena de película dramática.

Ahí estaba yo, tirada en el suelo. Él, jefe duro, no hizo nada para ayudarme. Me puse en pie con mis impresionantes piernas ayudada de mis tacones, y como mujer calculadora, que en ocasiones soy, me arreé un bofetazo. Se quedo parado, sin hacer nada, esperando quizás más.

Yo tenía hambre y quería comer.

Así que después de decirle al oído algunas palabras (<<me entrego a ti para que me poseas bien>>; <<DESTRÓZAME VIVA>>; <<Hazlo ya, y bien fuerte>>) agarré con mis manos su camisa y lo levanté.

Ya era mío.

Luego le supliqué con la mirada que me penetrase bien. Que sintiera que me deseaba. Era consciente que aquello era un juego y que yo era su ‘conejita’, así que si el amor no estaba presente en aquel cuarto, al menos que me hiciera sentir un gran placer.
Deslizó la correa del pantalón y la hizo volar al aire, haciendo que parte de ella chocara con mis nalgas. Primero sentí terror, luego placer. Volvió a hacerlo, y una vez más. No paró hasta ver mis nalgas bien rojas.  Finalmente, y ya apunto de estallar, tropezó como toro desbocado en un encierro, contra mi trasero. Luego apuntó bien, como buen campeón, y se introdujo dentro de mí con gran pasión.

En aquel momento el tick, tack del reloj desapareció. También la palabra ‘jefe’ o pudor. Yo solo era un objeto, con divinidad, que durante unos segundos tan solo iba a pensar en ella y en darse un pequeño capricho.

No paró durante una buena hora, como niño pequeño, no quería dejar de jugar con su juguete.

Una, dos, una dos.

Oh, Dios.

Una, dos, una dos.

Dios, Dios, Dios.

Sus amagos, halagos y placeres.

Sus besos, su correa y sus penetraciones.

Mi jefe me montó como animal sediento. Y yo disfruté.

No hubo subida de sueldos ni bajadas, si de bragas y pantalones.

Yo disfrute ¿Y qué?


jueves, 25 de julio de 2013

Rosetta Forner: "Ser feliz es más fácil de lo que nos han hecho creer"


La escritora Rosetta Forner vuelve a la carga con un libro que no dejará indiferente a nadie. Habla de las mujeres, y también de los hombres. Y lo que más le importa es el amor y las relaciones. Gracias a esta entrevista que nos concede para hablar de su última obra ‘El príncipe azul que dio calabazas a la princesa que creía en cuentos de hadas’ conocemos datos bastantes llamativos. Una entrevista divertida y profunda, que os recomiendo leer.

  
- Le habrán dicho en más de una ocasión que ¡vaya título que ha escogido para su libro! ¿no?

Los que no me conocen, suelen hacer la broma de que he escrito medio libro en el título. Los que ya me conocen suelen decir que por mis títulos me conocen, o que estos son muy creativos, inspiradores, y ‘rosettianos’.

-  En esta nueva obra usted dice que el “comieron perdices y fueron felices” no existe ¿cómo es posible eso?

Donde no hay amor no hay relación sino una ‘fecha de caducidad’. Muchas personas son ‘medias naranjas’, o sea personas inmaduras e incompletas, por eso sólo pueden formar parejas incompletas donde el ‘hambre emocional’ acaba por fagocitar a la pareja o desparejarla. Sólo existe ese final para los que se curran una relación basada en el amor y en el respeto. Las relaciones, como las plantas, hay que abonarlas, regarlas, mimarlas…


- Eduardo Punset decía en su libro ‘El viaje al amor’ que éste puede llegar a durar como máximo siete años… ¿Puede existir el amor para toda la vida?

Dado que él no está en posesión de la verdad, ni tampoco yo, cada uno puede tener su ‘hipótesis’ o ‘teoría’. Supongo que él habrá basado su ‘teoría’ en la tan famoso ‘crisis de los siete años’, esa que suele usarse para disimular que la pareja se creó en base a muchas y variadas variables pero no el ‘amor’. Basado en mi personal praxis, opino que hay mucha ‘pyme emocional’, o sea, personas que se juntan para comprar un piso, coche, viajar con alguien,  o incluso tener niños.

- ¿Pero puede durar toda la vida el amor?

Obviamente, el verdadero amor puede durar toda la vida, y de hecho dura. Todo lo perecedero es cualquier cosa menos amor. Puede ser ansiedad, o el producto resultante de una sociedad sumamente superficial que quiere individuos superficiales a los que ‘venderles motos’ sin que estos se enteren y encima aplaudan.

- ¿Cree que uno puede ser toda su vida un príncipe azul, o como dice usted, éste al final destiñe?

El príncipe azul no es una maravilla ni lo deseable sino un hombre que se ha creído los falsos cuentos de hadas, esos que nos hablan de que un hombre ha de ‘rescatar’ a una mujer y hacer sus sueños realidad. De hecho, este argumento lo usan muchos hombres para seducir damiselas (mujeres inmaduras que no quieren asumir la responsabilidad de sus vidas). Si la mujer estuviese de verdad liberada no perdería la dignidad ni se humillaría en una relación con un hombre que la usa sólo para alimentar su ‘ego masculino’. En lugar de eso, le vería inmediatamente el ‘desteñido’ y saldría corriendo.

 - ¿Las películas románticas con finales felices (que aún abundan en la cartelera y en las librerías) nos hacen daño?

A las pruebas me remito: separaciones, divorcios, depresiones sentimentales… Los americanos suplen sus carencias y disfuncionalidades en la ficción. Lo malo es que la gente no lo distingue, no ha aprendido a diferenciarlo. El verdadero romanticismo no tiene nada que ver con una cena con velas, o un anillo de diamantes, o puestas de sol. A los americanos les encanta hacer películas sobre el cómo les gustaría que fuesen las cosas, no sobre cómo son en verdad. La realidad carece de un guionista que soluciona las cosas a conveniencia. La realidad impone su guión, y nosotros hemos de aprender a manejarnos con las frustración, y pobre del que lo no haga.


-  No me imagino mi vida sin mi marido Jane, aun así, dice que para ser feliz no hace falta tener pareja, en parte, creo que tiene toda la razón pero… ¿Cree que se puede vivir sin el amor de una pareja?

No podemos vivir sin amor, que es diferente. Si tú has decidido que ‘no puedes vivir sin tu marido’, así es para ti. Y, si lo perdieses tu mundo se vendría abajo…  Pero, tendría remedio si tu reencuadrases la situación y aprendieses a ser lo más importante del mundo para ti. Ten en cuenta que canciones y películas nos han convencido de que ‘no podemos vivir sin la otra persona’, cuando eso es fomentar la baja autoestima, porque una persona que se ama a sí misma, le dolerá perder a su pareja pero no se hundirá en la depresión porque sabrá que puede contar consigo misma.

- “Los hombres son inmaduros”, dice usted, y yo le pregunto ¿todos lo son?

Yo digo en el libro que muchas mujeres les acusan de serlo. Y, que los hay, es cierto, al igual que hay mujeres inmaduras. De hecho, me encuentro todos los días con muchas, que además acusicas, es decir, usan su inmadurez para acusar a los hombres de algo que ellas carecen (hacen proyecciones).


- Por último, se acerca el verano, habrá muchas mujeres, como hombres, solteros y desesperados no solo por ‘mojar’ sino también por encontrar el amor de su vida, a todos ellos ¿qué les diría? 

- La desesperación no atrae nada bueno o conveniente. Para hallar el amor, siempre es buena temporada. Eso sí, si lo único que uno quiere es ‘mojar’ eufemísticamente, eso es lo que encontrará: desesperación donde remojar su socavón emocional. No se encuentran diamantes en la basura… No es lo habitual. Así, que les diría que disfruten de la vida como cada uno la entienda, y que se dejen de cuentos. Ser feliz es más fácil de lo que nos han hecho creer: con o sin pareja que cada uno se convenza de lo siguiente: ‘Soy lo mejor que me ha podido pasar’. Lema del verano para aprender a ver’La Vida en Rosetta’ (mi escuela de emociones on line).