- Le
habrán dicho en más de una ocasión que ¡vaya título que ha escogido para su
libro! ¿no?
Los
que no me conocen, suelen hacer la broma de que he escrito medio libro en el
título. Los que ya me conocen suelen decir que por mis títulos me conocen, o
que estos son muy creativos, inspiradores, y ‘rosettianos’.
-
En esta nueva obra usted dice que el “comieron perdices y fueron felices”
no existe ¿cómo es posible eso?
Donde no hay amor no hay relación sino una ‘fecha de
caducidad’. Muchas personas son ‘medias naranjas’,
o sea personas inmaduras e incompletas, por eso sólo pueden formar parejas
incompletas donde el ‘hambre emocional’ acaba por fagocitar a la pareja o
desparejarla. Sólo existe ese final para los que se curran una relación basada
en el amor y en el respeto. Las
relaciones, como las plantas, hay que abonarlas, regarlas, mimarlas…
- Eduardo
Punset decía en su libro ‘El viaje al amor’ que éste puede llegar a durar como
máximo siete años… ¿Puede existir el amor para toda la vida?
Dado
que él no está en posesión de la verdad, ni tampoco yo, cada uno puede tener su
‘hipótesis’ o ‘teoría’. Supongo que él habrá basado su ‘teoría’ en la tan
famoso ‘crisis de los siete años’, esa que suele usarse para disimular que la
pareja se creó en base a muchas y variadas variables pero no el ‘amor’. Basado
en mi personal praxis, opino que hay mucha ‘pyme emocional’, o sea, personas que se juntan para comprar un
piso, coche, viajar con alguien, o
incluso tener niños.
-
¿Pero puede durar toda la vida el amor?
Obviamente,
el verdadero amor puede durar toda la vida, y de hecho dura. Todo lo perecedero
es cualquier cosa menos amor. Puede ser ansiedad, o el producto resultante de
una sociedad sumamente superficial que quiere individuos superficiales a los
que ‘venderles motos’ sin que estos se enteren y encima aplaudan.
- ¿Cree
que uno puede ser toda su vida un príncipe azul, o como dice usted, éste al
final destiñe?
El
príncipe azul no es una maravilla ni lo deseable sino un hombre que se ha
creído los falsos cuentos de hadas, esos que nos hablan de que un hombre ha de
‘rescatar’ a una mujer y hacer sus sueños realidad. De hecho, este argumento lo
usan muchos hombres para seducir damiselas (mujeres inmaduras que no quieren
asumir la responsabilidad de sus vidas). Si
la mujer estuviese de verdad liberada no perdería la dignidad ni se humillaría
en una relación con un hombre que la usa sólo para alimentar su ‘ego masculino’.
En lugar de eso, le vería inmediatamente el ‘desteñido’ y saldría corriendo.
- ¿Las
películas románticas con finales felices (que aún abundan en la cartelera y en
las librerías) nos hacen daño?
A las
pruebas me remito: separaciones, divorcios, depresiones sentimentales… Los
americanos suplen sus carencias y disfuncionalidades en la ficción. Lo malo es
que la gente no lo distingue, no ha aprendido a diferenciarlo. El verdadero romanticismo no tiene nada que
ver con una cena con velas, o un anillo de diamantes, o puestas de sol. A
los americanos les encanta hacer películas sobre el cómo les gustaría que
fuesen las cosas, no sobre cómo son en verdad. La realidad carece de un
guionista que soluciona las cosas a conveniencia. La realidad impone su guión,
y nosotros hemos de aprender a manejarnos con las frustración, y pobre del que
lo no haga.
- No me imagino mi vida sin mi marido Jane, aun así, dice
que para ser feliz no hace falta tener pareja, en parte, creo que tiene toda la
razón pero… ¿Cree que se puede vivir sin el amor de una pareja?
No
podemos vivir sin amor, que es diferente. Si tú has decidido que ‘no puedes
vivir sin tu marido’, así es para ti. Y, si lo perdieses tu mundo se vendría
abajo… Pero, tendría remedio si tu
reencuadrases la situación y aprendieses a ser lo más importante del mundo para
ti. Ten en cuenta que canciones y
películas nos han convencido de que ‘no podemos vivir sin la otra persona’,
cuando eso es fomentar la baja autoestima, porque una persona que se ama a sí
misma, le dolerá perder a su pareja pero no se hundirá en la depresión porque
sabrá que puede contar consigo misma.
- “Los
hombres son inmaduros”, dice usted, y yo le pregunto ¿todos lo son?
Yo
digo en el libro que muchas mujeres les acusan de serlo. Y, que los hay, es
cierto, al igual que hay mujeres inmaduras. De hecho, me encuentro todos los
días con muchas, que además acusicas, es decir, usan su inmadurez para acusar a
los hombres de algo que ellas carecen (hacen proyecciones).
- Por
último, se acerca el verano, habrá muchas mujeres, como hombres, solteros y
desesperados no solo por ‘mojar’ sino también por encontrar el amor de su vida,
a todos ellos ¿qué les diría?
- La
desesperación no atrae nada bueno o conveniente. Para hallar el amor, siempre
es buena temporada. Eso sí, si lo único que uno quiere es ‘mojar’
eufemísticamente, eso es lo que encontrará: desesperación donde remojar su
socavón emocional. No se encuentran diamantes en la basura… No es lo habitual.
Así, que les diría que disfruten de la vida como cada uno la entienda, y que se
dejen de cuentos. Ser feliz es más fácil
de lo que nos han hecho creer: con o sin pareja que cada uno se convenza de
lo siguiente: ‘Soy lo mejor que me ha podido pasar’. Lema del verano para
aprender a ver’La Vida en Rosetta’ (mi escuela de emociones on line).