En ocasiones pienso en Marilyn,
como una pequeña flor que nunca debió marchitarse, como un campo que da sus
mejores frutos, como un pozo de placeres inagotables. Pienso en Marilyn y cuando
cierro mis ojos acabo creyendo que todas las mujeres deberíamos de ser como
ellas. Olvidar a los hombres que un día nos prometieron El Amor Eterno y hacer
lo que todos ellos CON PERFECTA MAESTRÍA saben hacer, sernos infieles. Porque
es algo que les viene por naturaleza, que les nace desde lo más profundo de su
ser, le recorre toda su garganta y acaba posándose en los labios de una
desconocida.
Cuando son cerca de las seis de
la mañana, me encuentro tirada, como cualquiera perra desarrapada, en el sofá
que corona mi amplio cuarto. No quise pisar la cama, si lo hacía, todo lo que
había vivido aquella noche podría convertirse en hipotéticas realidades y
acabarían difuminándose en quizás fue
todo un sueño. Tenía que reflexionar sobre aquel maldito hombre que con
tanta fuerza me había estado montando escasas horas atrás, cuando el ruido de
la música, en honor al cumpleaños de la revista Popular Stream, tapaba mis
gemidos y mis alaridos.
Aquel maldito presidente….
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Por regla general prefiero
montármelo en zonas públicas,
cuartos de baños, despachos, edificios, portales, no por puro morbo, que también, sino por
seguridad. Me desgarraba viva la idea de hallarme en la casa de un desconocido
y acabar atada toda la noche mientras un mal nacido me destripaba viva. Porque
sí, porque hay hombres que creen que hacerlo fuerte es hacerlo bien y en
ocasiones resulta todo lo contrario. Así que me conformé con tener a Estéfano
detrás mia, montándome como si fuera un potro desbocado. Su corbata duro poco
enredada en su cuello y acabó atada sobre mi boca, algo que me excitó tanto y
me hizo lubricar sin pensarlo, no pude contenerlo, era algo natural, algo que
saltaba a la vista solo de pensarlo.
Aquel señor cuarentón y cachas
parecía necesitar dejar claro lo bien que lo hacía ya que no resultaba un caramelo para chicas como yo, de treinta años.
Quizás a algunas le volvía loca la idea, a mi solo me volvía loca estar en un w.c con un señor petado poseyéndome como lo estaba haciendo él…al
poco tiempo ya estaba por los aires, siendo penetrada por él, mis piernas
entrelazadas en su cintura y las gotas de sudor recorriendo su frente. Se
mordía los dientes, no podía contener el placer que sentía, necesitaba gritar
un ¡DIOS QUE NO VOY A PODER CONTENERME MÁS! O un ¡ME CORRO! Pero aguantó.
Aguantó porque sino dejaría patente su edad, cosa que seguro no quería.
Me miraba fijamente, mientras
intentaba decir alguna palabra que pudiera excitarme más, de lo que ya de por
si estaba. ¡TE VOY A REVENTAR CABRONA! Pensé que era un maleducado, pero que me
insultaba me empezaba a gustar y sinceramente, me olvidé de la identidad de
aquel hombre. Sí. Dentro de mí estaba un desconocido, pero un desconocido que
por lo poco vestía una talla XL e igual que es difícil encontrar un unicornio
también lo es encontrarse esta talla. No podía hacer otra cosa que disfrutar
del momento mientras pensaba…
Un narco me está rajando viva por
dentro
Un cura está desahogando todos
los años de pecados dentro de mi.
Un presidente de cualquier país
me va a destrozar poquito a poco, sin contemplaciones y luego me descuartizará
y ocultará en cualquier rincón de la Toscana.
Un presidente de….MIERDA. ¿De qué
sería presidente?
Mientras en mi cabeza rondaba la
idea de quién sería aquel tío yo me dejaba hacer. Aquel maduro tenía sus brazos
apoyados contra la pared, intentando succionar la fuerza del ambiente para
mantenerme en el aire como lo hacía. Cuando me di cuenta, despegó sus manos de
aquellos azulejos negros e introdujo sus dedos en mi cueva, que se encontraba
ardiendo. Le parecía poco con tener su gran XL en mi cuerpo que necesitaba más,
y yo, me dejé hacer.
Bienvenido a mi mundo todo lo que
quepa.
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Marilyn, eres la instantánea que
tantas veces he querido tener en mi vida. Ser deseada, odiada, admirada y
colgada en miles de carpetas a lo largo de tantos años. Y pensaba, una y otra
veza, en mi cuarto, aún siendo las seis de la mañana, que todas las mujeres
necesitamos sentirnos famosas (deseadas, odiadas, admiradas y colgadas en
carpetas) alguna que otra noche.
Yo fui famosa. Aunque, desgraciadamente, me hice famosa por tener un maldito encuentro sexual con un señor...en los w.c, en la fiesta de honor de la revista Popular Stream...Y entonces te entendí a la perfección, Marilyn.
Todo
por tener a Estéfano, sus XL y sus magníficos dedos dentro de mi.
PD: ESTÉFANO, te encontraré, me
volverás a destrozar viva, jugaré con tu XL y todo lo que le rodeada, te dejaré
seco, me dejarás seca, me harás daño, te haré daño, y luego, si aún tengo
fuerzas, te mataré.
6 comentarios:
Woooowww que relato taaan caliente.....pero nunca supimos que era el famoso Estéfano, buuuuu así no puede terminar.
Cariño, faltan más partes aún de este relato.
Me encanta estos relatos!!!
Bueniiisiiiima espero otro capitulo cada cuanto los iras subiendo ?
Constanza,
publico relatos todos los lunes y viernes :)
Un abrazo preciosa,
J.M. Maddisson
Gracias linda muy bien blog esperare con ansias los capitulos :) Saludos desde chile
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